Aislado en su reino de soledad, Caleb espera deseoso a algún viajero, explorador o cualquier infortunado en entrar en su cueva; a quien pueda convencer con facilidad de compartirle un poco de la vida mortal.
Exhiliado por los dioses, con más de 600 años en esta tierra, Caleb añora volver a probar los placeres carnales que su cuerpo inmortal ya no puede ofrecerle.